domingo, mayo 10, 2009

TOLERANCIA Y AMBIENTE MORAL


Todo hombre ama la libertad;quien es justo la pide para todosy quien es injusto solamente para sí.
Ludwing Börne

El descrédito de la seriedad Vivimos quizá una época histórica en la que hemos visto cómo grandes utopías han quebrado. Ahora, se mantiene vigente más bien –como señala José Antonio Marina– una utopía sin pretensiones, que había permanecido latente, oscurecida por la prepotencia de las demás.

El hombre de hoy se siente cómodo en un ambiente poco agresivo, tolerante, en el que los individuos, más liberados de la influencia de los demás, se disponen a probarlo todo. Se ha abolido lo trágico y se navega con soltura en una mentalidad divertida, no comprometida, devaluadora de lo real.

El siglo XX, que ha sido, posiblemente, el más sangriento y trágico de la historia, justifica el descrédito de la seriedad, porque en el origen de esas grandes tragedias aparece siempre alguien que se tomó algo demasiado en serio, fuese la raza, la nación, el partido o el sistema.

La sociedad desconfía, con razón, de todo fanatismo. Hay un valor máximo, que es la libertad, y el resto son procedimientos para conseguirla. Le cuesta admitir cualquier afirmación sostenida con vigor. Cualquier norma excesivamente definida le asusta. Prefiere el vagabundeo incierto, el buen humor. Y odia los tonos regañones o gruñones. Es como si una consigna tácita nos ordenara no tomar nada demasiado en serio, ni siquiera a nosotros mismos.

Es cierto que hay que reconocer grandes conquistas a esta mentalidad que acabamos de describir. Entre otras cosas, haber barrido a toda una fauna de personajes autoritarios, todos bastante ridículos y prepotentes.

Ahora puede decirse que, por fortuna, el autoritarismo ha quedado muy devaluado. Es preciso reconocerlo y celebrarlo.

Sin embargo, la actitud de levedad con que algunos han reaccionado frente al antiguo autoritarismo, trae consigo frutos muy diversos: pretende fortalecer la personalidad, pero acaba, sin embargo, propugnando una personalidad débil y diluida; en vez de exaltar la creatividad, que es lo que pretendía, engendra un sujeto errático y pasivo. No puede olvidarse que:

La huida de la realidad convierte al hombre en simple espectador de su vida.

Y cuando se pretende eludir el compromiso, se elude la realidad, porque la vida está llena de compromisos: compromisos en el plano familiar, en el profesional, en el social, en el afectivo, en el jurídico y en muchos más. La vida es optar y adquirir vínculos. Quien pretenda almacenar intacta su capacidad de optar, no es libre: es un prisionero de su indecisión.
Saint-Exupéry decía que la valía de una persona puede medirse por el número y calidad de sus vínculos. Por eso, aunque todo compromiso en algún momento de la vida resulta costoso y difícil de llevar, perder el miedo al compromiso es el único modo de evitar que sea la indecisión quien acabe por comprometernos. Quien jamás ha sentido el tirón que supone la libertad de atarse, no intuye siquiera la profunda naturaleza de la libertad.

Marco Aurelio –que además de un gran emperador fue un gran escritor y gran maestro– decía que la persona está constituida por los valores en los que cree, que imprimen en su rostro la huella de su nobleza o de su vulgaridad. Aseguraba que el alma se tiñe de las imágenes que en ella se forman, y que por ello:

El valor de cada cual está en estrecha relación con el valor de las cosas a las que ha dado importancia.

Es tal vez la intuición más fulminante de la esencia de un hombre, la clave para leer su historia y su naturaleza. Somos lo que creemos. Lo que albergamos en nuestra mente nos marca de manera indeleble. Se imprime en nuestras facciones y en nuestros gestos. Se convierte en nuestra manera de ser.

CARTA DE LOS JÓVENES AFRICANOS DEL CONGRESO UNIV AL PAPA


De www.almudi.org
jueves, 09 de abril de 2009
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“Gracias por exigirnos. En su exigencia, Santo Padre, vemos cuánto nos estima y cuánto confía en nosotros”. Participantes en el Foro UNIV procedentes de 11 países africanos han entregado una carta al Papa. Éste es su contenido:
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Santo Padre,

En nombre de los jóvenes africanos, le agradecemos de todo corazón su reciente viaje a Angola y Camerún, y en particular las palabras que nos dirigió en el Estadio Dos Coqueiros de Luanda. Gracias por la comprensión que ha mostrado con las expectativas, las alegrías, los temores y los sufrimientos de nuestro continente.

Gracias por la valentía y la claridad con que se ha convertido en portavoz de África, también ante los países ricos, reunidos hace unos días en Europa, en Londres. En las semanas siguientes a su viaje, sus palabras sobre la necesidad de la ética pública se han convertido en un punto de referencia en la vida social de nuestros países.

A veces, cuando los africanos leemos en los periódicos del llamado “Norte del mundo”, nos sentimos mal comprendidos, infravalorados, incluso utilizados interesadamente por parte de unos pocos. En cambio, al decirnos que África es “el continente de la esperanza”, Su Santidad ha mostrado que confía en nosotros y nos ha traído un mensaje de ánimo.

Gracias también, Santo Padre, por las palabras exigentes que nos ha dirigido, y por su invitación a empeñarnos personalmente en la educación, en el servicio a los demás y en la lucha contra la corrupción. En esta exigencia vemos también la estima y el respeto del Papa hacia nosotros. No olvidamos que nos ha dicho que el camino para transformar nuestro continente comienza por la renovación de nuestros corazones.

Gracias por haber querido estar con nosotros, por escucharnos, por indicarnos un camino y por haber agitado nuestras conciencias. En nombre de todos los universitarios y todos los jóvenes africanos, queremos decir al Papa que pondremos todas nuestras fuerzas al servicio de África, para transformarla con paciencia y constancia, trabajando para las generaciones futuras.

Para mantener este compromiso, contamos con la oración y la confianza del Santo Padre.

- Serge y Cyrille Futcha (en nombre de los participantes de Camerún)
- Marie-Louse Thiaw (en nombre de los participantes del Senegal)
- Supriano Dembe (en nombre de los participantes de Angola)
- Busisiew Fortunate Letsoto (en nombre de los participantes de Sudáfrica)
- Mark Muhoro (en nombre de los participantes de Kenia)
- Sompto Chukwuemeka (en nombre de los participantes de Nigeria)
- Janvier Mahougnon Gbenou (en nombre de los participantes de Benin)
- Clementine Kiodi (en nombre de los participantes de Congo)
- Alex Mbonimpa (en nombre de los participantes de Uganda)
- Aimee Adjou (en nombre de los participantes de Costa de Marfil)
- Brenda Garriga (en nombre de los participantes de Guinea Ecuatorial).