Monseñor Javier Echevarría, prelado del Opus Dei manifestó su pesar por las víctimas del reciente terremoto en el Perú y pidió oraciones por los difuntos y por sus parientes.
2007/08/18
El miércoles 15 de agosto, a las 18:40, un terremoto de 7,9º en la escala de Richter sacudió gran parte del país, ubicándose el epicentro en la localidad de Chincha Alta, 190 Km. al sur de Lima. Los muertos ascienden a más de 500, son innumerables los heridos y las casas destrozadas, incluidas algunas iglesias como el Santuario de Luren en Ica, la iglesia de San Clemente en Pisco, o la de Zúñiga en Cañete.
El Instituto de Defensa Civil reportó que hay 16.669 viviendas destruidas y 85.000 damnificados en las regiones de Ica y Lima. Luego del terremoto se han sentido en el país unas 360 réplicas, según el Instituto Geofísico de Perú.
El prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, ofreció sufragios por las personas fallecidas víctimas del terremoto. En una carta enviada con fecha 16 de agosto desde Pamplona al vicario regional del Perú, manifestó una “pena muy grande” por lo sucedido y pidió no dejar de rezar por las víctimas, “para que el Señor les conceda el premio de su gloria, y encomendémonos a esos difuntos para que intercedan por nosotros”.
El prelado exhortó en su misiva que “es la hora de la caridad y de la fraternidad, porque no nos puede dejar indiferente ninguna de las tragedias que ocurren en el mundo”. Monseñor Echevarría comentó que el espíritu del Opus Dei “lleva a acudir con la oración o físicamente hasta los lugares donde haya una sola criatura que precise nuestra ayuda”. Finalmente pidió que “reforcemos nuestra oración por las poblaciones, pidiendo que el Señor saque muchos bienes de estos males”.
El día 16 de agosto, a través de un telegrama firmado por el Cardenal Secretario de Estado, Monseñor Tarcisio Bertone, el papa Benedicto XVI envió sus condolencias a los familiares de las víctimas y ofreció "sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos". Así mismo mostró su "cercanía espiritual a los numerosos heridos y a quienes se han visto privados de su hogar". El Santo Padre exhortó a las instituciones "y personas de buena voluntad a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a los damnificados" e impartió la bendición apostólica a los afectados y quienes les socorren "como signo de afecto al querido pueblo peruano".
Los Obispos del Perú, por su parte, expresaron también sus sentidas condolencias a todos los familiares de las personas fallecidas como consecuencia del terremoto del miércoles y elevaron sus oraciones por las almas de esos seres queridos. A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal Peruana señaló que este terremoto debe ser motivo especial de oración dirigida a Dios por todas las familias que están sufriendo.“La solidaridad humana y cristiana nos impulsa a estar muy cercanos a todas las personas afectadas por esta devastador terrible tragedia. Es momento de prueba pero también de firmeza, esperanza, unidad y amor”, indica el comunicado.