martes, febrero 17, 2009

LIBERTAD Y FE: ¿SE COLOCAN EN EL MISMO PLANO DE LIBERTAD EL CREER Y EL NO CREER? (introducción)



Por Sofía Carrasco Balmaceda (colaboradora)





********************************************************************************
Publico en tres partes el artículo filosófico. Para empezar la introducción y el inicio del primer punto.


Introducción

Pensar que la libertad es ausencia de compromisos y hacer en cada momento lo que a uno le viene en gana es un error muy frecuente en muchas personas. Este planteamiento hace que vean en la fe una serie de condicionamientos para su libertad, condicionamientos que les "impiden desarrollarse plenamente como personas".
Que el hombre es un ser libre es evidente, lo vemos en cada una de las cosas que hace; pero, esa libertad que experimenta en cada acción ¿es absoluta?.

Responder correctamente a esta pregunta exige partir de una verdadera antropología. ¿Qué significa ser persona humana? Ser persona es ser libre, pues la libertad está inscrita en su ser. Pero el ser del hombre es un ser recibido de Dios, es un ser por participación y por tanto el hombre es criatura. Ser criatura dice dependencia del Creador y por eso se ha de decir que la libertad humana no es absoluta.

Si la libertad no es absoluta, ¿es correcto ver en la fe un recorte a la libertad?, ¿Impide al hombre desarrollarse plenamente según lo que conviene a su naturaleza?.
El trabajo consiste en explicar cómo se relaciona la libertad con el acto de fe. Luego se expone brevemente cómo entiende la libertad San Josemaría Escrivá de Balaguer utilizando su homilía "La libertad, don de Dios". Finalmente se responde a la pregunta planteada.



1. La libertad en el acto de fe

Lo primero que hay que decir es que no se puede creer si Dios no concede la gracia. Creer es un don de Dios y como tal, gratuito. La gratuidad no hace que sea obligatorio: Dios no obliga a creer, invita, y el hombre con el ejercicio de su libertad responde sí o no. La adhesión al acto de fe es libre[1]. La Respuesta afirmativa a esa invitación eleva al hombre hacia una plenitud que supera cualquier pensamiento y aspiración del corazón humano[2].

Cuando Dios invita lo hace con el máximo respeto a la naturaleza humana, pues en su revelación tiene en cuenta el modo de conocer humano y por eso utiliza signos por medio de los cuales el hombre puede llegar a Dios. La pedagogía divina va mostrando a cada hombre lo que necesita en cada momento para creer. Se puede decir que Dios pone a cada hombre su propio plano inclinado. En el recorrido de ese plano el hombre se va encontrando una serie de signos (circunstancias de su propia vida o de quienes tiene alrededor) que le invitan a una reflexión, a una evaluación. El hombre va haciendo una peregrinación en la fe.

Todo hombre desea su felicidad. "La inclinación a la felicidad, como hemos visto, pide al hombre un trabajo intelectual de discernimiento para encontrarla verdaderamente, descartando las ofertas sólo efímeras y superficiales de gozo y placer"[3]. Pero, ¿dónde debe realizar esa búsqueda, ese discernimiento? en su vivir diario, sometiendo los sucesos de su vida y de la historia a una validación hecha por su inteligencia y voluntad. Estar en capacidad de hacer esta validación exige unas disposiciones previas por parte del hombre, una apertura en la que la libertad juega un papel muy importante.

Cada hombre, de acuerdo a sus circunstancias (capacidades, formación, nivel cultural, etc.), debe hacerse dos preguntas básicas: ¿este o aquél suceso es extraordinario, trascendente? y si es así, ¿Qué vinculación tiene con Dios?

Renunciar a preguntarse por el por qué de un hecho u otro no sería humano, como tampoco sería propio del hombre aceptar una invitación sin una prudente evaluación. En esa evaluación entran en juego su inteligencia y su voluntad y por tanto es una evaluación libre porque es, en último término, su voluntad quien decide la adhesión o no. Es más, es una decisión libre e importantísima, pues al evaluarse la invitación divina que, como toda invitación, siempre encerrará algo de misterio, se está decidiendo en relación al fin último del hombre.

[1] Cfr. OCÁRIZ, F. BLANCO, A., "Revelación, fe y credibilidad", Ediciones Palabra, S.A., Madrid 1998; p. 576.
[2] Cfr. Ibidem p. 545.
[3] Ibidem pp. 576.

viernes, febrero 06, 2009

El VATICANO, BENEDICTO XVI, LA COMUNICACIÓN INSTITUCIONAL Y EL ASUNTO DEL "NEGACIONISMO DEL HOLOCAUSTO" del obispo Williamson

Copio este artículo de opinión de http://www.scriptor.org/. Un tema controversial que hay que aclarar
***********************************************************************************
Imagino que no tardará en ser estudiado este "caso" como un problema de comunicación o de incomunicación. En concreto, de comunicación o de des-comunicación institucional por parte de todos los "actores" (por no decir "los actantes") implicados. Escribo lo que sigue a regañadientes, a petición de un lector:

Entiendo que éste es un asunto más bien grave de comunicación institucional
-- del Vaticano, -- del mundo hebreo -dicho sea en general, para no señalar directamente a Israel como estado, o a su Rabinato, o a los rabinos de uno u otro lugar, etc.-, -- de diversos estados del mundo occidental -por no aludir directamente en solitario a Alemania, etc.-, -- de los periódicos que -como instituciones que también son- no quieren perder de la mano qué sea lo "políticamente correcto" en el ámbito público, etc.-- de la Fraternidad tradicionalista de San Pio X, etc.

Aunque se hable alegóricamente -como agraviantes, agraviados, chivos expiatorios, etc.- de personas concretas (Williamson, Merkel, y sobre todo de Benedicto XVI, etc.) a las que se adjudican esos u otros papeles en el asunto.

Lo que de modo explícito está ahora en juego es el "negacionismo" (prohibido en Alemania), término acuñado para referir revisionismos históricos, pero que prácticamente queda asociado en directo con el holocausto de judíos en cámaras de gas de campos de exterminio en la Alemania hitleriana de la segunda guerra mundial.

La historia breve del caso es ésta:

1) el Vaticano, en un gesto de Benedicto XVI, al final de la "semana de oración por la unidad de los cristianos", abriendo los brazos de la Iglesia al retorno de los obispos lefebvrianos ilegítimamente ordenados en 1988, levanta su excomunión.

2) la prensa levanta con gran escándalo tipográfico y polémico la noticia de que días atrás, Williamson había negado -en una entrevista registrada por una televisión sueca el 1 de noviembre del 2008 y difundida el 21 de enero 2009- el holocausto de judíos en cámaras de gas, etc.

3) Ante el escándalo, Williamson pide disculpas al Papa.

4) Al tiempo, algunos teólogos alemanes y suizos, Hans Küng entre ellos, critican al Papa (deberían haberlo hecho al Vaticano, al tratarse de una cuestión institucional) por "no calcular el efecto que iba a tener el revocar la ex comunión que pesaba sobre un obispo que ha negado públicamente el Holocausto".

5) Ese efecto se manifiesta inmediatamente en los medios de comunicación, dicho sea por resumir, en una apreciación de "pérdida de imagen" del Papa y de la Iglesia. Sobre todo, con las "exigencias" de la arrogante intervención pública de la Merkel.

6) La Santa Sede hace público, en un comunicado de la Secretaría de Estado (texto esp.), que
6.1.) el Papa Benedicto XVI desconocía (muchos
medios entrecomillan acusadoramente la palabra) aquella posición de Williamson "en el momento de revocar la excomunión".
6.2.)
Williamson debe retractarse de sus palabras inequívoca y públicamente si quiere seguir siendo prelado de la Iglesia católica.
6.3.) exige a la Fraternidad de San Pío X, fundada por el arzobispo cismático Marcel Lefebvre, que si desea ser reconocida por la Santa Sede
es "indispensable" que reconozca plenamente el Concilio Vaticano II.

7) El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi S.I., tras las peticiones de "claridad" en la postura del Papa, ha hecho la siguiente declaración:
"A propósito de nuevas peticiones de que se aclaren las posiciones del Papa y de la Iglesia católica sobre el tema del Holocausto, hay que recordar que el Papa ha expresado con mucha claridad su pensamiento sobre este tema
-- en la Sinagoga de Colonia, el 19 de agosto de 2005, en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo de 2006,
-- en la sucesiva audiencia general del 31 de de mayo de 2006, y más recientemente al final de la audiencia general del 28 de enero pasado, con palabras que no dan lugar a equívocos.

En esta última ocasión dijo entre otras cosas: "Mientras renuevo con afecto la expresión de mi total e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, espero que la memoria de la Shoah induzca a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del mal cuando conquista el corazón del ser humano. Que la Shoah sea para todos una advertencia contra el olvido, la negación y el reduccionismo...".El cardenal alemán Walter Kasper ha manifestado su preocupación por este agrio debate sobre la figura del Papa, hablando de "deficiente comunicación" y de otros "accidentes laborales" de este pontificado.

Son asuntos reales, que no se esconden ni escapan a la vista, si bien -a mi entender- no requieren tanto aire mediático apocalíptico (a no ser que se siga tomando al Papa y a la Iglesia como chivos expiatorios a los que cualquier ciudadano puede apedrear impunemente), sino más bien medidas profesionales de organización y comunicación a la altura del peso institucional que tiene la Iglesia en su apertura al mundo de nuestros días.

Un mundo -entre otras cosas- en el que los medios de comunicación tienden a estar en crisis, cargados de deudas y de problemas de audiencia (y de identidad), y recurren con frecuencia al escándalo como medio de captar audiencia e influencia, y con ellos, recursos publicitarios y económicos.

De todos modos, amén de esas medidas profesionales, esta cuestión institucional de la Iglesia requiere urgentemente -como pide el Papa a los católicos- del "acompañamiento de la oración de todos los fieles para que el Señor ilumine el camino de la Iglesia".

Sin esto último, los colaboradores del Pontífice -aun con todas las dotes de profesionalidad requeridas- no podrán ser de gran ayuda. En esto, la Iglesia no es una institución más entre otras tantas.

**********************************************************

Quieres enviar tu apoyo al Papa? APOYA AL PAPA

ACTUALIDAD: CADA HOMBRE ES UN FILÓSOFO



"Los pensamientos son libres", dice una canción popular alemana. Se puede comprender que fue prohibido cantarla en el tercer Reich. Pero el mandato de "olvidarla", propio de un régimen totalitario, condujo solamente a cantarla con más entusiasmo, en la clandestinidad o, al menos, por dentro, en el propio corazón, es decir, en aquel lugar íntimo que no alcanzan las órdenes, y donde "los otros" no pueden entrar.

Somos libres para pensar por cuenta propia. Pero, ¿tenemos el valor de hacerlo de verdad? ¿O estamos más bien acostumbrados a repetir lo que dicen los periódicos y revistas, la televisión, la radio, lo que leemos en internet o lo aseverado por alguna persona, más o menos interesante, con la que nos cruzamos por la calle? Hoy en día, en muchos países parece que ha desaparecido la autoridad que dicta los pensamientos, la censura. Pero lo que hallamos en realidad, es que aquella autoridad ha cambiado su modo de obrar: no se vale de la coerción sino tan sólo de una blanda persuasión. Se ha hecho invisible, anónima, y se disfraza de normalidad, sentido común u opinión pública. No pide otra cosa que hacer lo que todos hacen.



¿Somos capaces de resistir a los tiroteos constantes de este "enemigo invisible"? Hemos aprendido a ejercer nuestra facultad para discurrir y discernir? Pensar es, sin duda, una gran cosa; pero es ante todo una exigencia de la naturaleza humana: no debemos cerrar voluntariamente los ojos a la luz. ¿Estamos dispuestos, en definitiva, a ser o llegar a ser "filósofos", a entusiasmarnos con la realidad y buscar el sentido último de nuestra vida?


El Papa Juan Pablo II afirma algo que parece atrevido a primera vista: "Cada hombre es, en cierto modo, filósofo y posee concepciones filosóficas con las cuales orienta su vida" [1]. ¿Qué quiere decir esto? Un profesor de química, un ama de casa, un taxista, una ministra, un campesino, una artista, un futbolista, ¿todos ellos pueden ser filósofos?


Lee el documento completo: Cada Hombre es un Filósofo

jueves, febrero 05, 2009

PRIMEROS DIAS DE OBAMA: ¿LICENCIA PARA MATAR?

Por Genara Castillo

Este viernes 23, Obama firmó una orden ejecutiva que suspende el bloqueamiento de la entrega de fondos a organizaciones internacionales que se dedican a la planificación familiar y que apoyan o practican el aborto. Como es ya conocido durante la época en que se bloquearon, organizaciones pro aborto de varios países tuvieron que cambiar sus prácticas para continuar recibiendo asistencia de E.U. y otras vieron sus arcas disminuidas. Ahora tendrán todos esos fondos disponibles para realizar sus planes de acción y las prácticas que atentan contra la vida humana, especialmente las abortivas.

Esta noticia aparece justo cuando los débiles del mundo empezaban a tener una esperanza en un cambio de gobierno que impulsara la justicia y defendiera a los más débiles, a los indefensos, aquellos que no tenían de qué y cómo valerse para salir adelante. A partir de ahora muchos de los más débiles entre los débiles (que eso son los niños no nacidos), ya podrían empezar a temblar. Aquellas organizaciones pro aborto tienen nuevos fondos para armarse en su contra.

Por otra parte, el escándalo del aborto es algo que eclipsa la razón humana. En el futuro se nos juzgará por esos niños inocentes que no llegaron a nacer. No podrán creer que en una época se cegara la vida a tantos millones de seres humanos, precisamente cuando estaban en el vientre de su madre y no podían defenderse.

No hay justificación alguna. La ciencia ya ha mostrado segundo a segundo las tareas complejísimas que el embrión humano realiza con un empeño admirable. Desde el primer instante se dedica con todas sus fuerzas a crecer, a desarrollarse. Como ya advertía Jerome Lejeune, gran científico, especialista en citogenética, esa primera célula que se empieza a dividir, aunque es casi imperceptible a la vista, es ya un ser humano distinto de su madre. No sólo tiene ya una individualidad genética, sino que es capaz de presidir su destino y llevarlo adelante.

A los pocos días su corazón late intensamente y su cabeza, cerebro, piernas y manos están ya esbozados. A los dos meses mide casi tres centímetros desde la cabeza a las posaderas. Con las mismas palabras de Lejeune: “Dentro de una mano cerrada sería invisible... Pero abrid la mano y vedlo casi acabado: manos, pies, cabeza, órganos, cerebro. Todo está en su sitio y sólo tiene que desarrollarse. Miradlo más de cerca: se podría leer incluso en la palma de su mano y echarle la buenaventura. Contempladlo más cerca aún; con un microscopio ordinario, y distinguiréis sus huellas digitales. Está todo lo necesario para hacer su carnet de identidad” (Discurso ante la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia).

Ese pequeño pulgarcito, más pequeño que nuestro dedo pulgar, es lo que todos nosotros hemos sido alguna vez, aunque luego hayamos completado nuestro crecimiento. Si algo es obvio es que todo ser humano sigue un proceso de lenta maduración. Esto es lo que hace un embrión desde el seno materno: ponerse a “trabajar” arduamente en ese proceso. Cada hora, cada minuto tiene una tarea, si no la cumple se hace inviable o sale una malformación, no puede saltarse ni una de las tareas asignadas: cuando tiene que segmentarse lo hace, en el momento exacto, ni antes ni después, cuando tiene que retroalimentarse para dar lugar a los diferentes órganos lo hace, con increíble puntualidad.

Es una actividad maravillosa la que realiza el embrión, hora tras hora, minuto tras minuto. No tenemos derecho a interrumpirla, ni menos a apoyar a quienes proporcionan el financiamiento de los que quieren acabar con ella. La vida de aquellos seres humanos, aún en aquella etapa inicial, es sagrada y digna de todo respeto. Aquel embrión es ya un individuo, un ser humano distinto de su madre, con una tarea entre manos y un futuro por delante.

Si se facilitan fondos económicos a quienes tienen todo en sus manos para proporcionarle la muerte, ¿Cómo se podrá después defender la paz, la no-violencia, el diálogo? y ¿Cómo podremos defender la propia vida si no contribuimos a respetar la del más débil? ¿Cómo diremos que defendemos la justicia si no somos voz de quienes no tienen voz?

No se puede permitir y por lo menos no nos podemos callar. El talante ético de una persona y de una sociedad, se prueba justo cuando se ve si protege o no a los más débiles, cuando se ayuda a aquellos que no pueden pagar ni retribuir en nada esa ayuda que tanto necesitan. Es conocida la frase de que cuando uno es atacado lo que más le duele no es sólo la ofensa de quien le agrede sino el silencio de los que miran y se quedan callados o se hacen los desentendidos.

Por eso, cuando veíamos la imagen del Presidente firmando y dando luz verde a los fondos que van directamente a atentar contra la vida de tantos débiles e inocentes, nos preguntábamos: ¿No será ésta una licencia para matar? ¿Es esto coherente con sus proclamas de justicia y de proteger a los más débiles? ¿Esto es ser no-totalitario? El mayor fanatismo y totalitarismo es disponer de los seres humanos, suprimir de la faz de la tierra a aquellos que o no nos gustan, o nos estorban, o nos son gravosos o no nos son útiles. Pero más en el fondo nos podemos preguntar con el profesor Lejeune: ¿Es moral disponer de los seres humanos? ¿Es político correr el riesgo de una cesión semejante?

EL PAPA PRESENTA A SAN PABLO COMO MODELO DE PENSAMIENTO Y VIDA

Fuente: (ZENIT.org), miércoles 4 de febrero de 2009
Después de su muerte, la figura del apóstol de los gentiles se ha ido engrandeciendo con el paso del tiempo, y su doctrina sigue siendo fundamental hoy para la Iglesia, y un ejemplo para los cristianos. Así lo afirmó este miércoles Benedicto XVI, durante la Audiencia General a los 4.500 peregrinos congregados en el Aula Pablo VI.

Basílica de San Pablo Extramuros- Roma


Con esta catequesis, el Papa concluyó su largo ciclo dedicado a san Pablo que comenzó en el verano con la apertura del año jubilar en conmemoración del bimilenario del nacimiento del apóstol. En ella, explicó cómo su pensamiento ha influido en la teología posterior, y especialmente en los siglos XIX y XX. La figura del apóstol, afirmó, "se ha ido engrandeciendo a partir de su muerte", evento del cual se tienen noticias a través de los documentos eclesiales de los primeros siglos, que le colocan al lado de san Pedro como fundador de la Iglesia de Roma.

Pablo fue mandado decapitar durante la primera persecución decretada por Nerón entre el año 64 y 68. Su tumba, en la Vía Ostiense, donde se erige actualmente la basílica de San Pablo extramuros, fue venerada desde el principio del cristianismo. "Nos ha dejado de hecho una extraordinaria herencia espiritual", explicó el Papa. Desde el principio, sus cartas entran en la liturgia, "de forma que su pensamiento "se convierte en seguida en nutrición espiritual para los fieles de todos los tiempos".

Desde los primeros Padres de la Iglesia, empezando por Orígenes, hasta los propios san Agustín y santo Tomás de Aquino, han bebido de los escritos y de la espiritualidad de san Pablo.

Losa con inscripción: "Paulo apostolo mart"


Sin embargo, el Papa se detuvo a explicar su influencia en la Reforma y en el pensamiento cristiano, protestante y católico, de los últimos siglos, temas sobre los cuales ha ido hablando a lo largo de sus catequesis de los últimos meses. Aclaró el Papa que la justificación de la que habla Lutero fue tomada de una interpretación parcial los escritos de San Pablo. Sin embargo, el Concilio de Trento aclaró la justificación y encontró en la línea de toda la tradición católica la síntesis entre ley y Evangelio, conforme al mensaje de la Sagrada Escritura leída en su totalidad y unidad.

El estudio de las escrituras en los tiempos modernos
La investigación sobre el apóstol cobró nueva fuerza en el siglo XIX y XX, esta vez desde el punto de vista científico a traés del método histórico-crítico, explicó el Papa.
"Se subraya sobre todo como central en el pensamiento paulino el concepto de libertad: en él se ha visto el corazón del pensamiento de Pablo, como por otra parte ya había intuido Lutero. Ahora sin embargo el concepto de libertad era reinterpretado en el contexto del liberalismo moderno".
Otra de las consecuencias es la disociación que se ha producido entre el anuncio de san Pablo y el anuncio de Jesús, de manera que san Pablo "aparece casi como un nuevo fundador del cristianismo". Precisamente, el objeto de las catequesis del Papa ha sido mostrar cómo en el pensamiento cristológico paulino, "en la nueva centralidad de la cristología y del misterio pascual se realiza el Reino de Dios, se hace concreto, presente, operante el anuncio auténtico de Jesús".
"Hemos visto en las catequesis precedentes que precisamente esta novedad paulina es la fidelidad más profunda al anuncio de Jesús", aclaró.

Por otro lado, un mayor conocimiento sobre san Pablo, ha permitido que crezcan "las convergencias entre las exégesis católica y protestante, realizando así un consenso notable precisamente en el punto que estaba en el origen de la mayor disensión histórica". Esto supone, confirmó, "una gran esperanza para la causa del ecumenismo, tan central para el Concilio Vaticano II".
En resumen, concluyó el Papa, "permanece luminosa ante nosotros la figura de un apóstol y de un pensador cristiano extremadamente fecundo y profundo, de cuya cercanía cada uno de nosotros puede sacar provecho".

"Tender hacia él, tanto a su ejemplo apostólico como a su doctrina, será por tanto un estímulo, si no una garantía, para consolidar la identidad cristiana de cada uno de nosotros y para la renovación de toda la Iglesia", añadió.

Por Inma Álvarez