lunes, mayo 18, 2009

MITOS Y MITOLOGÍA (PARTE I)

De: www.conoze.com



La palabra mito -discurso o narración entre los griegos antiguos- se emplea en la Historia de las religiones en general, y también en Filosofía, Antropología, Sociología y Política, etc.; debido a esa aplicación y empleo tan universal que se da al término, resulta algo difícil de definir. Por Mitología se entiende el estudio o ciencia de los mitos, y también un conjunto de ellos relativos a un determinado tema (p. ej., Mitología astral, mitos sobre los astros; Mitología de los orígenes, mitos sobre el principio del mundo y de los hombres; etc.) o pertenecientes a una determinada cultura o religión o a una determinada región (p. ej., Mitología griega, Mitología hindú, etc.) .
Sentidos y evolución del término mito

Si se acude a la historia de la palabra, se observa que el mito ha sido enjuiciado de diversas formas: tan pronto ha recibido una altísima valoración, como un profundo desprecio. De ahí que lo primero que se impone es tratar de aclarar las acepciones del vocablo.

El Dictionnaire grec-francais de A. Bailly (16 ed. París 1950) recoge dos series de significados: En primer lugar, mito como palabra expresada; discurso; relato, rumor; diálogo, conversación, discusión filosófica, etc.; algo muy relacionado con logos . En segundo lugar significa algo opuesto a logos: fábula, leyenda, relato no histórico, relato fabuloso, cuento, apólogo. Es muy significativo que las dos acepciones se encuentran ya en Homero. El Diccionario de la Lengua Española (19 ed. Madrid 1970) recoge sólo la segunda acepción: «Fábula, ficción alegórica, especialmente en materia religiosa».

Desde el punto de vista histórico, considerando que la historia puede ser verdadera o falsa o que no se sabe, mito viene a significar la historia que se cuenta y a la que no se presta fe. Así surgen géneros literarios como la tradición antigua, la saga , la leyenda , etc. Como última derivación se divide en fábula cuando se refiere a animales o a la naturaleza y mito en sentido propio cuando se refiere a dioses o semidioses; en este sentido podría darse la siguiente descripción de mito:

«Relato, trasmitido por una tradición de antigüedad remota, que refiere y hace presentes, en estrecha relación con el culto y en un lenguaje imaginativo, las acciones de dioses y personajes sobrehumanos que instauraron en un tiempo originario el mundo, el hombre y el orden en que ambos viven».
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Esto no es una definición, ya que al ser el mito objeto de interés y reflexión para diversas ciencias: etnología, psicología, sociología, historia, ciencias de la religión, antropología filosófica, teología y exégesis bíblica, dar una definición válida en todas ellas es tarea casi imposible.

Dentro de la complejidad que el tema entraña, puede decirse que la noción de mito depende de los siguientes factores:
de la valoración, positiva o negativa, que se haga del mito;
del concepto que se tenga de historia, e histórico;
de la valoración de lo religioso y sus relaciones con el mito y con la historia y
de caer en la cuenta de la diferencia existente entre el mito vivido en el que se cree y el mito estudiado en el que es posible que ya no se crea.

Según esto, se pueden encontrar cuatro sentidos de mito:


Mito como visión general, visión de conjunto que se tiene del mundo interno y externo del hombre en una determinada época de la historia. En buena parte así pensaba Platón al utilizar los mitos a modo de parábolas filosóficas. Se puede notar que esta concepción aprecia el mito como un valor que incluso puede servir para expresar verdades.

Mito como símbolo ; no es un signo que apunta a otra cosa sino una unidad de contenido y forma. Esta concepción suele ir unida a la interpretación alegórica de los mitos, en la que se prescinde de las categorías de realidad e historicidad en base a las cuales se suele entender el mito, para caracterizarlo como un lenguaje tan válido como la poesía, el arte, etc.; sólo que en lugar de expresar la belleza, se dirige a lo trascendente y absoluto, inscribiéndose dentro del ámbito de la dimensión religiosa del hombre.
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Mito como lo no histórico y que, sin embargo, tiene un mensaje religioso real. En esta concepción se renuncia a lo histórico como valor religioso, siendo el mito la expresión del sentimiento religioso de un individuo, o de una sociedad, o de las instituciones de una sociedad. El valor del mito viene medido por las ideas religiosas a las que da forma; el mito se entiende así como opuesto a lo histórico pero no a lo real.

Mito como lo opuesto tanto a lo histórico como a lo real. Es lo que se entiende más comúnmente por mito, equiparándolo a la ficción histórica y a la fábula. Según esta concepción el mito carece de valor desde el punto de vista religioso e incluso filosófico; sólo podría tener, en su caso, un mero valor literario.

Eustacio de Tesalónica, arzobispo de Constantinopla (segunda mitad del s. xii), en un comentario a Homero dice: «El poeta (Homero) por palabra (logos) usa siempre mythos; fue más tardíamente cuando este vocablo adquirió el sentido de palabra no verdadera (una historia inventada)» (ed. crítica de G. Stallbaum, Leipzig 1827-30, t. 1, cap. 26, n. 20 ss.). De aquella primitiva equivalencia se pasó a una cierta oposición. Así, a mito como historiafabulosa o maravillosa se opone el logos como narración digna de crédito; a la representación en forma de mito de una idea filosófica se opone el logos como tratamiento ordenado y racional de esa idea; y, por fin, del mito popular se distingue el logos que es, en este caso, el sentido profundo (el núcleo de verdad) que hay que captar en el mito.
Bibliografía
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