De: http://abcporelbiencomun.blogspot.com
Por Alfredo Gildemeister
Definitivamente hay que reconocer que la captura de Artemio ha constituido un logro del actual gobierno y un golpe duro a SL. Al ver la noticia por TV no podía dejar de pensar en la existencia de cierta paradoja al observar con qué cuidados y miramientos era tratado Artemio –incluyendo secadita de frente por una mano cariñosa- cuando se le internaba irónicamente en el Hospital de Policía, hospital destinado a atender a aquellos a los que hirió y asesinó Artemio y sus terroristas, mientras que los heroicos comandos de Chavín de Huantar son aún juzgados y humillados. ¿Hasta cuándo el Perú será malagradecido con sus héroes y mártires? El pasado sábado 11 de febrero tuve la suerte de ser invitado a una representación de la toma de la embajada de Japón en el lugar en donde se encuentra la réplica de dicha embajada en Chorrillos, hoy convertida en museo. Asistí con mi esposa y tres de mis hijos.
¡Todos los escolares deberían visitar este museo! Fue todo un honor ver la representación del acto de toma de la embajada así como el poder departir con el director del museo, el cual fue uno de los comandos que participaron
ese 22 de abril de 1996 en la toma de la embajada, luchando contra los asesinos del MRTA. Además de escuchar una estupenda conferencia pronunciada por uno de los comandantes que dirigió a los comandos, pude visitar con detenimiento la residencia y los túneles, verificando paso a paso lo que sucedió esa tarde, palpar el heroísmo de los comandos al ingresar en una residencia ocupada por 14 terroristas bien armados con la misión de salvar ilesos a 72 rehenes.
Fue impresionante verificar el heroísmo del oficial Jiménez al enfrentarse en un pasillo cerrado a los terroristas y morir acribillado, así como el acto heroico del comandante Valer, al dar su vida por el canciller Tudela cubriéndolo con su cuerpo ante la metralla terrorista. Precisamente mi esposa puedo conversar y abrazar a la madre y hermana de Valer, las cuales asistieron al evento. Mi esposa es hermana de Rodrigo Franco, joven víctima de las hordas terroristas en 1987 que, al igual que Valer, perdió la vida víctima del flagelo terrorista. De allí que bastó una mirada para que la madre de Valer y mi esposa se comprendieran.
Era impresionante el común sentir de todos los que asistimos a este importante evento, el amor por el Perú e indignación que se respiraba por el maltrato e injusticia del que eran víctimas los comandos. Se respetan los derechos humanos de Artemio y ¿Qué sucede con los derechos de esos heroicos comandos que arriesgaron su vida? ¡Vaya ironía! ¿Qué espera el Perú para darles un reconocimiento y homenaje público? ¿Qué espera el gobierno para dejar esa vergonzosa e injusta Corte Interamericana de Derechos Humanos?
Todo el Perú lo reclama. Los comandos merecen el reconocimiento de héroes porque lo son. Basta de mezquindades. Hagamos justicia a nuestros héroes.
1 comentario:
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