Si tengo dinero puedo tener todo lo que quiero y siento a mi alrededor las miradas de los que desearían tener lo que yo tengo. Además, procuro lucir muchas de mis cosas que sólo las pueden tener los que disponen de los medios que tengo yo.
Si soy famoso genero admiración por ser una persona que ha triunfado en la vida, que ha destacado en algo muy por encima de los demás. Y todo esto me da una gran satisfacción. Los elogios, las fotografías y los premios contribuyen a hacerme sentir feliz.
Siempre hemos escuchado la frase "por sus frutos los conoceréis" que nos habla de la relación entre la vida que se vive y las consecuencias que derivan de ella. Y es que ante las noticias de las trágicas muertes de algunos famosos nos hacemos la pregunta: ¿eran felices? y si lo eran ¿por qué se quitaron la vida? o ¿por qué buscaban la evasión en el consumo de drogas?
¿No será que la felicidad hay que buscarla en otro lugar o viviendo de otra manera?
Leyendo, conversando y, sobre todo, pensando, se llega a la conclusión de que quienes centran la felicidad en el dinero o en la fama, no la van a encontrar jamás. Se puede tener dinero y ser famoso, pero la felicidad hay que buscarla en otros lugares. Algunos famosos están ensayando otras fórmulas que pueden dar mejores resultados. En todas ellas hay un interés por los demás: adopciones, ayudas solidarias, campañas a favor de los niños, o para combatir alguna enfermedad, etc. Y es que el sentirse útil hace feliz. Además, algunos famosos se aprovechan de su popularidad para poder conseguir mejores resultados.
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