miércoles, marzo 05, 2008

CINE: "JUNO", moral sin moralismos

De http://www.laiglesiaenlaprensa.com/

Acaba de ganar el Oscar al mejor guión original, y la verdad es que “Juno” es una película original. Es una historia moderna que edifica pero sin moralismos: una adolescente se descubre embarazada, rechaza el aborto y da el niño en adopción. La película cuenta que se puede aceptar la vida, al mismo tiempo que rechazar la maternidad. En efecto, Juno (la chica), quiere lo mejor para su hijo, pero no se considera preparada para ser madre y prefiere incluso no verlo.

Desde luego, no es una pelicula dulzona. El tema es crudo y los diálogos son bastante desenfadados. Uno de los aspectos más interesantes es el retrato que hace de la pareja que adoptará al niño: unos adolescentes treinteañeros mucho menos maduros que la adolescente Juno. Sobre todo él, que acabará quitándose de en medio, con lo que se ofrece un buen retrato de la masculina indiferencia y falta de responsabilidad.

Al final, Juno vuelve a ser lo que es: una adolescente que toca la guitarra con su boyfriend, a quien ella misma ha ayudado a madurar un poco en ese tiempo. Ese clima de tranquila serenidad final hubiera sido impensable si la chica hubiera optado por afrontar el problema de otro modo. De hecho, su primera reacción fue considerar el aborto. Pero su instinto femenino le llevó a optar por la vida. El resto lo hizo el escuálido ambiente del consultorio.

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Publicamos artículo publicado en Aceprensa acerca de JUNO (escrito antes del Oscar) :

Juno

Director: Jason Reitman
Guión: Diablo Cody. Intérpretes: Ellen Page, Michael Cera, Jennifer Garner, Jason Bateman, Allison Janney, J.K. Simmons. 91 min. Jóvenes-adultos (SD)

Firmado por Ana Sánchez de la Nieta
Fecha: 30 Enero 2008
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El realizador Jason Reitman (Montreal, 1977) que había demostrado su gusto por lo políticamente incorrecto en su ópera prima Gracias por fumar, confirma que se mueve con comodidad en este terreno y rueda una ácida comedia que se atreve a cuestionar uno de los prejuicios de la cultura occidental actual: el embarazo de una adolescente es una tragedia que sólo tiene una salida, el aborto. Una chica de 15 años no tiene madurez –ni física ni psíquica– y un embarazo es un trauma que puede destrozarle la vida, impedirle formar una familia o tener un futuro profesional.
Juno da la vuelta al argumento y presenta el embarazo en estas circunstancias como una realidad complicada pero llevadera, y sobre todo plantea soluciones que, a la larga, son menos traumáticas que el aborto.

Habrá a quien le parezca una frivolidad que Juno se ría primero de la sexualidad y después de su embarazo, que haga bromas sobre el crecimiento de su tripa, sus antojos gastronómicos o de cómo experimenta los efectos de su batidora hormonal. Pero, junto con un tono gamberro y deslenguado, en el sorprendente guión de la debutante Diablo Cody –una ex stripper de treinta años– hay más de una reflexión interesante, empezando por el trabajado dibujo y la evolución de personajes (otra cosa es la verosimilitud, pero no hay que olvidar que estamos ante una comedia).

Juno –magnífica interpretación de la canadiense de 21 años Ellen Page, que aspira al Oscar por este trabajo– es todo un carácter: una adolescente con personalidad, capaz de asumir sus actos, no siempre ejemplares. Decide por sí misma, prescinde del qué dirán, afronta el trago de comunicar la noticia a su familia y la elección de los padres adoptivos.

A lo largo de la película, Juno muestra no sólo que tiene madurez física –y una salud envidiable– para ser madre, sino que es más madura que los treintañeros padres de adopción, adolescentes crónicos que sufren pánico ante la responsabilidad o la posibilidad de que la vida no les salga redonda y con lazo. La madurez de Juno acaba tirando del imberbe de su “pareja” que pasa de ser un pardillo que sólo piensa en el deporte a plantearse que aunque Juno no le deje meterse (en la cinta –como en gran parte del cine actual– el sexo es cosa de dos y el embarazo, de una) la criatura también va con él.

Además de estos mensajes tan radicalmente contrarios al pensamiento único, la película es divertida y amenísima, tiene unos diálogos de una vivacidad chispeante (en ocasiones soeces), una buena banda sonora y un originalísimo arranque de créditos. Razones más que de sobra para convencer a la crítica y al público.

Como ocurrió el año pasado con Little Miss Sunshine, la película ha ganado algunos premios en festivales: tuvo tres candidaturas a los Globos de Oro y aspira a cuatro Oscars en importantes categorías (película, director, guión original y actriz). En cuanto al público, ha recaudado ya más de 100 millones de dólares en EE.UU., donde actualmente se exhibe en más de 1.900 salas. Un fenómeno, como la protagonista de la historia.
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y para completar la historia, este video publicado en Youtube

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